miércoles, octubre 18, 2006

PREVENIR LAS DROGAS


alfonso ramírez de arellano .Psicólogo. Vicepresidente de la fundación Atenea Grupo Gid

Reproducimos artículo publicado por nuestro contertulio en vinofilosófico a propósito de su trabajo en el mundo de la drogodependencia. Reflexiones de interés que añadimos a nuestro blog que sin duda enriquecerá por sus aportaciones.Fué publicado en Diario de Sevilla (18.10.2006)

Se cumplen 20 años del Plan Nacional sobre Drogas de nuestro país y con motivo de su aniversario se están revisando críticamente las políticas sobre drogodependencias. Varias cuestiones sobresalen de las demás. Primera, se ha desarrollado una red de asistencia pública, profesional y gratuita con un alto grado de especialización que recorre todo el país. Segunda, a pesar de los esfuerzos desarrollados en prevención, no se han alcanzado los objetivos deseados. Tercera, la reinserción de los drogodependientes no parece despertar demasiado entusiasmo en la sociedad ni en las instituciones. En cuanto al narcotráfico, hay que reconocer que ellos, los narcotraficantes, sí disponen de una estrategia global, por lo que nosotros deberíamos oponer una política mundial en la materia si queremos ser eficaces.
Por nuestra parte, deseamos contribuir al debate con dos propuestas para la reflexión. Una, trabajar en planes globales de prevención que permitan sumar recursos y esfuerzos y dos, emplear la imaginación para superar la árida lógica de la gestión. La política es gestión eficaz, sin duda, pero también algo más: visión de futuro, liderazgo moral, invitación al compromiso ciudadano con las causas que merecen la pena, y la prevención es una de ellas.

Tradicionalmente los técnicos de prevención han empleado muchas energías en convencer a sus compañeros de otras áreas y departamentos de que la prevención de las drogodependencias y adicciones es cosa de todos, y de que aplicando principios y técnicas preventivas del ámbito de las adicciones se previenen también otros muchos trastornos infantiles y juveniles. Y es verdad. No hay más que echarle un vistazo a algunos de los criterios y objetivos internacionalmente aceptados en la prevención de las drogodependencias para convencernos de su utilidad en otros ordenes de la vida. De hecho, se las denomina así: "Habilidades para la vida". Repasemos algunas.

En el plano emocional: ser capaz de identificar los sentimientos, expresarlos, evaluarlos, distinguirlos de las acciones, aplazar la gratificación, controlar los impulsos. En el plano cognitivo: desarrollar un diálogo interior capaz de enfrentar los problemas y reforzar la conducta, leer e interpretar las claves sociales, usar métodos racionales para resolver problemas, comprender la perspectiva de los demás, educar la autoconciencia desarrollando expectativas realistas respecto a uno mismo, entender las normas conductuales que son aceptables y las que no lo son. En el plano del comportamiento: desarrollar habilidades de comunicación no verbal, hacer preguntas claras, responder de forma efectiva a las críticas, resistir las influencias negativas, escuchar a los demás, ayudarles, participar en grupos positivos.

Es fácil comprobar que estas habilidades son útiles para algo más que para la prevención de las drogodependencias, y no sólo entre los adolescentes. Ya nos gustaría a más de uno, de los que dejamos atrás la adolescencia hace tiempo, disfrutar de esas habilidades. También se advierte que son muy necesarias en este momento histórico, lo que pone en evidencia algunas de las carencias de nuestra sociedad actual para cumplir con sus funciones educativas y socializadoras.

Pensando en mejorar la eficacia de los futuros planes de prevención planteamos lo siguiente: si hay tal confluencia de objetivos, si esas habilidades pueden ser también útiles para prevenir los trastornos del comportamiento alimentario, las conductas violentas, las adicciones, y otras conductas problemáticas, ¿por qué no dar el paso de construir planes de prevención sin calificativos específicos de un sector en los que se puedan sumar los recursos y los esfuerzos de todos?

También planteamos la reflexión sobre el tono y el estilo de los planes. Un Plan de prevención debe potenciar la participación y la colaboración de todos los implicados, y hacerlo con grandes dosis de optimismo, de creatividad y de imaginación (única forma sensata de afrontar el futuro). La prevención no puede ser un catálogo de prohibiciones y de amenazas en las que nunca creerán los jóvenes.

Prevenir es apostar por un estilo de vida saludable, y no hay nada más saludable que pasarlo bien, salvo que se carezca de la imaginación suficiente para divertirse sin hacerse daño a uno mismo o a los demás. En el fondo la prevención también tiene que ver con la imaginación y con la falta de ella. Hay que tener imaginación para construir alternativas divertidas y saludables, individual y colectivamente.

miércoles, octubre 11, 2006




LO BELLO PARA VIVIR. ¿QUÉ ES LO BELLO? ¿NECESITAMOS UN TRADUCTOR DE LA BELLEZA?

Antonio Muro

El refranero español asegura metafóricamente que el libro de los gustos está en blanco. Con ello quiere indicar que hay tantos gustos como personas, que cada uno tiene sus gustos.

Al comienzo de la Ilustración, en 1690, el filósofo ingles John Locke escribía en su libro “An essay concerning human understanding” que la mente de un niño recién nacido es como un gabinete vacío, la tabula rasa. Todos los conocimientos llegaran a llenar su mente por medio de los sentidos, en un proceso que hoy en día llamamos enculturación.

En antropología hay una definición muy extendida de cultura en la actualidad y es la dada por Alfred Kroeber y Clyde Kluckhohn como:”un conjunto de atributos y productos de las sociedades humanas, y en consecuencia de la humanidad, que son extrasomáticos y trasmisibles por mecanismos distintos de la herencia biológica”. La belleza sería uno de esos atributos o productos y no se trasmite de padres a hijos sino que se adquiere por medio de la educación.

Como producto que es de la cultura, y adquirido en ese proceso de enculturación, la belleza no será algo único, variará de una cultura a otra. Incluso dentro de una misma cultura, como puede ser por ejemplo la occidental, también va cambiando con el tiempo al igual que esta. El público coetáneo de Rubens qué habría pensado si en vez de las Tres Gracias o la Venus que pintó hubiera dibujado a esa joven que estos días ha desfilado en la pasarela de la moda de París. El concepto de la belleza ha cambiado desde 1630 hasta nuestros días (conste mi discrepancia respecto a la belleza de la joven exhibida en París).

En ese proceso de enculturación de la belleza se tienen en cuenta los cánones del momento, en la forja de los cuales no sólo intervienen las opiniones generalizadas entre la población sino también las influencias de las vanguardias empeñadas en imponer su moda. Cuantas veces nos ha sucedido que en el proceso de implantación de una costumbre en nuestra sociedad, de una moda, esta nos ha parecido fea y con el paso del tiempo, con el uso cada vez más generalizado, al verlo en más gente, ha ido cambiando nuestra opinión hasta terminar aceptando la moda. Un ejemplo podría ser el uso de los pantalones acampanados. Nos termina gustando lo que ya le gusta a todo el mundo. El canon de la belleza se establece por consenso, como toda la cultura. La intersubjetividad.

Una de las principales aportaciones de la psicología de la Gestalt impulsada por Rubin, Koffka, Köhler y Wertheimer fueron las Leyes de la Organización Perceptiva, que se han demostrado universales en el comportamiento humano y en ellas como podemos ver a continuación se premia la belleza en cuanto perfección. Estas leyes serían:
1- Ley de la buena forma: de todas las posibles organizaciones geométricas que puedan producirse, se percibe aquella que esté mejor conformada y sea más simple y más estable.
2- Ley de la Proximidad: varias formas parecidas en proximidad tienden a ser percibidas como formando grupos.
3- Ley de la buena continuación: en la organización perceptiva se tiende a preservar la continuidad suave de las figuras antes que los cambios bruscos.
4- Ley del cierre: la percepción de figuras inacabadas tiende a hacerlas completas.

Todos buscamos rodearnos de lo más bello en todos los campos (quizás por esa segunda ley de proximidad). Pudiendo escoger, la belleza es un factor que siempre se tiene en cuenta. Lo feo, como contrario de lo bello que es, esta proscrito, procuramos alejarlo de nuestras vidas. Si algo feo o deforme aparece ante nosotros, miramos hacia otro lado, evitamos contemplarlo, evitamos el mal momento. Con lo bello en cambio nos solazamos en su contemplación, nos alegra el ánimo, procuramos que dure lo máximo posible, nos extasiamos ante una bella puesta de sol, volvemos la cabeza para seguir contemplando a una persona bella, etc.

Los objetos feos no tienen problemas si nadie los mira, si nadie los compra o si miran para otro lado. Ellos ni se enteran, no tienen vida. Pero que complicada debe ser la de aquellas personas que sean consideradas feas (no los quieren ni en las canciones: “que se mueran los feos, que no quede ninguno”). En igualdad de condiciones seran desplazados por los bellos, para los que se guardan todas las facilidades, para los que se abren todas las puertas, para los que está reservado todo el éxito social, el espejo social, la “beautiful people”. Esta claro que lo bello es para vivir, como dice el título del próximo vino filosófico. Lo bello está asociado a lo bueno, a lo positivo, a lo agradable. Lo feo a lo negativo y malo, a lo desagradable.

En cuanto a si necesitamos o no un traductor de la belleza, mi opinión es algo ambigua. La idea o el concepto de belleza parece natural, instintivo. Pero ya hemos visto que no, la tabula rasa, nacemos con la mente en blanco. A lo largo de nuestra vida, con la educación recibida hemos ido forjando esa opinión, que se ha instalado, valga el símil informático, como un programa residente dispuesto a interpretar en cada momento lo que es bello y lo que no. A distintas culturas, distintos programas residentes. No existe un concepto universal de la belleza. Por ejemplo esas tribus africanas que sus mujeres se colocan los platos de cerámica en los labios y los lóbulos de las orejas, no son precisamente nuestro prototipo de mujer bella, ni tampoco lo son para aquellos cuyas mujeres se lían una espiral de bronce al cuello deformándolo y alargándolo, etc. La ambigüedad vendría de la mano de esa primera ley de la buena forma que si preconiza como universal, lo sencillo, lo estable, lo bien conformado que podríamos asimilar a nuestro concepto de bello (¿Es más bello un triángulo equilátero que uno escaleno o isósceles?)

En los textos enviados se habla de descodificador para entender el arte. En eso si estoy de acuerdo. Mientras más información tengamos sobre una obra de arte mejor la entenderemos. Me vais a perdonar pero como animal político que soy, en el sentido aristotélico, no puedo dejar pasar esta oportunidad, aunque luego me digan que arrojo caspa sobre el texto, de decir que en este proceso de aldeanismo cultural que viene de la mano del nacionalismo y del laicismo excluyente, a las generaciones venideras no sólo habrá que descodificarles el arte sino tambien los personajes. Cuando contemplen el Adán y Eva de Durero en el Prado habrá que contarles quienes eran y que significa la serpiente y la manzana, o cuando vean allí mismo el cuadro de Goya sobre la defensa de Zaragoza contra los franceses, habrá que contarles que la señora que disparaba el cañón se llamaba Agustina de Aragón, heroína española por excelencia.

lunes, octubre 02, 2006

RELATIVISMO LINGÜÍSTICO.




Relativismo Lingüistico.

Antonio Muro


Tranquilos no voy a hablar del proceso que vive España últimamente en que ninguna palabra significa lo que antes significaba y que ya he apuntado en algún jueves filosófico aunque derivó hacia el relativismo cultural y etnocentrismo. No voy a hablar de que patria sea libertad, atentado terrorista sea accidente, terrorista sea ciudadano o Cataluña nación, no eso lo dejaremos para nuestros segundos y terceros tiempos con más enjundia política.

¿El lenguaje influye en el pensamiento? Planteamiento relativista o ¿el pensamiento influye en el lenguaje? Planteamiento universalista.

Quiero hablaros de la teoría del Relativismo Lingüístico enunciada por Benjamín Lee Whorf (1897-1941). Hay quien se la atribuye a su maestro Edward Sapir (1884-1939) e incluso se remontan un grado más en esto del maestrazgo y se lo achacan a Franz Boas (1858-1942). Epistemológicamente hablando tampoco se ponen de acuerdo si se trata de una teoría, un axioma o simplemente una hipótesis. La verdad es que el primero que usó ese término fue Whorf en una serie de artículos publicados en la Technology Review del Instituto Tecnológico de Massachussets entre 1940 y 1941, ya que aunque ejercía de lingüista era ingeniero químico.

Como científico que era, recibe influencias de su coetáneo Albert Einstein (1879-1955) que acababa de publicar su Teoría de la Relatividad Física así como de Carl Gustav Jung (1875-1961), el psiquiatra de Zürich que había enunciado también la suya de relatividad psicológica. Trataba de rodear de un halo de cientificidad su teoría y de aproximar las ciencias humanas a las físico-matemáticas.

El nuevo principio de la Relatividad Lingüística afirma que todos los observadores no son dirigidos por la misma evidencia física hacia la misma imagen del universo, a menos que sus fondos de experiencia lingüística sean similares o puedan equipararse de algún modo. Johann Gottfried von Herder (1744-1803) filósofo y Wilhelm von Humboldt (1767-1835) filólogo de la corriente de pensamiento Kantiano ya habían afirmado la relación entre lenguaje y determinación de pensamiento, pero fue Franz Boas el que puso las bases para su demostración al dirigir su análisis hacia las categorías lingüísticas (la gramática).

¿Todo esto qué significa? Que no somos nadie. Ya los psiquiatras Sigmund Freud y Erich Fromm nos habían dicho que el subconsciente guía nuestros pasos una vez que la sociedad lo ha hormado, y ahora que según la lengua que hablemos será nuestra forma de diseccionar la naturaleza, de organización de conceptos y la adscripción de significados, lo que en general conformará nuestra visión del mundo. Lo dicho, que nos creemos independientes y nada más lejos de la realidad.

Hasta que entran en acción estos lingüistas norteamericanos sólo se habían estudiado las lenguas occidentales, casi todas derivadas del PIE (lengua Proto Indo-Europeo). Ellos comienzan a estudiar las lenguas de los indios americanos como el hopi, shauni y nutka en comparación con la lengua que ellos llaman SAE (Standard Average European). Pronto detectan que aquellas características que se pensaban universales a todas las lenguas, no lo son. Las categorías nominales de género, número y caso no existen en las lenguas amerindias. Los verbos ser y haber no son los auxiliares. Nosotros dividimos los nombres en función de su género, masculino y femenino, y por ejemplo los algonquinos clasifican los nombres en animados e inanimados aunque sin coincidir con la clasificación “natural” nuestra de movimiento ya que los animales pequeños los consideran inanimados y en cambio consideran animadas a distintas plantas. Los indios Iroqueses distinguen entre nombres para seres humanos y nombres para los demás. En cuanto al número, son también varias lenguas como la de los Kwakiult que usan la misma palabra tanto para una casa como para varias casas, por ejemplo.

En cuanto a las personas de los pronombres en las lenguas indoeuropeas distinguimos tres personas tanto para el singular como para el plural y con distinción de género en ingles de la tercera del singular y en español además todo el plural. Para los kwakiult también hay tres personas pero se le añade además la situación de visible o no, es decir si esta en presencia del que habla o no. Los chinuk añaden el pasado y el presente a las personas y los inuit esquimales a las personas le añaden la situación en el espacio respecto al hablante en siete direcciones.

De estas comparaciones se deduce que cada lengua es un sistema de clasificación que selecciona algún aspecto de los conceptos y conforma una expresión particularizada del pensamiento. Son unos sistemas inconscientes y automáticos. Según Sapir ese sistema completo de referencia es similar a lo que puede suponer el sistema de números para las matemáticas o las coordenadas para la geometría (la traducción de uno a otro requerirá el equivalente al cambio de sistema de coordenadas). Esto hace que los mundos en que viven distintas sociedades sean mundos distintos y no tanto el mismo mundo con etiquetas diferentes. La existencia o no de vocabulario es debido a donde fije su interés la sociedad. Así nosotros sólo tenemos una palabra para llamar a la nieve mientras que los esquimales tienen más de cinco palabras y en cambio ellos no tienen el concepto de causalidad.

Este relativismo pasa a determinismo al asegurar que la lengua no es un mero instrumento para la comunicación de las ideas sino que en si mismo las forma y actúa de programa y guía de la actividad mental del individuo, del análisis de sus impresiones y de la síntesis de los registros de su mente, determinando el pensamiento. Nosotros observamos y diseccionamos la naturaleza siguiendo las líneas que nos vienen indicadas en nuestras lenguas nativas, analizando los aspectos que ellas creen importantes.

Whorf se basó como primera estrategia en la diversidad de las lenguas para mediante un método muy pedagógico (usando viñetas) enseñar las diferencias de enfoque entre el inglés y las lenguas indias. Su segunda estrategia consistía en el desvelar la naturaleza inconsciente de esos fenómenos. Para ello imaginó una raza que tuviera un defecto fisiológico de manera que todo lo vieran de color azul. La lengua que hablaran no tendría palabras referentes a los colores, ni siquiera a los matices del azul. Harían referencias a claros y oscuros y opacos y luminosos o brillantes. Nunca hablarían de visión monocromática ya que no considerarían ningún otro modo de ver. De igual manera quienes tienen una concepción dad del mundo no se dan cuenta de la naturaleza idiomática de los canales por los que fluye el pensamiento y de su manera de hablar (façon de parler).

La tercera estrategia nace de su experiencia profesional como inspector de seguros, en lo que él llama situaciones ejemplares. Cita como ejemplo el caso de un barril de gasolina que estaba vacío y por ello alguien se permitió tirar dentro una colilla (porque como tenia la condición de vacío), explotando por los gases que si contenía. Las personas analizamos, clasificamos y configuramos las situaciones mediante formulas lingüísticas y luego el pensamiento se apropia de ellas y la persona actúa en consecuencia.

Whorf influenciado por koffka y Köhler utilizó las leyes de la organización perceptiva de la psicología de la Gestalt para las comparaciones de las distintas lenguas. Así por ejemplo una frase en SAE que fuera “una caja de puros” traducido al hopi sería “cigarros en plural puestos dentro”. En SAE el perfil más marcado de la frase está en “caja” mientras que en hopi lo está en cigarros.

Lo que Whorf llama metafísica cultural, está contenida en conceptos como espacio, tiempo, causa, efecto, presente, pasado, futuro, substancia, y tienen de especial la explicación del mundo, y se preguntó si todos los seres humanos tenemos la misma idea de estos conceptos o si estamos condicionados por la lengua que hablamos. La idea del tiempo como una hilera de sucesos uno tras otro, asemejándolos al espacio, es sólo de las lenguas SAE y nos permite hablar de 10 días como un plural imaginario, al igual que si fueran 10 árboles que si se pueden contar juntos porque los estas viendo. La lengua objetiviza el tiempo, lo numera y lo cuenta por unidades asimilándolo al espacio, situando los acontecimientos en el tiempo como si fuera un lugar. El sistema de tiempos verbales de las lenguas SAE condiciona el concepto de tiempo y está ligado a la objetivación que se consigue con los plurales imaginarios. Se presenta el tiempo como una sucesión de instantes pasados, presentes y futuros. Los primeros se toman de las imágenes guardadas en la memoria, los segundos los aportan los sentidos on-line y los terceros o futuros los conforman la intuición, la creencia y la indeterminación. Pero esto no es así en todas las lenguas. Los hopi no tienen plurales imaginarios y solo se usan para los grupos objetivos. Las cantidades de tiempo las indican entre dos acontecimientos. El concepto de tiempo de la metafísica hopi tiene dos relieves. Uno es el causal que incluye al futuro SAE, incluyendo lo mental, lo no manifestado. El otro es lo manifiesto que incluye el presente y el pasado SAE y lo físico, lo aparente, lo que no actúa pos si mismo.

Otra gran diferencia entre las lenguas Europeas y la amerindias es con los nombres. En SAE tenemos nombres individuales (mesa, silla, ventana…) y nombres colectivos (agua, madera, leche…) Las primeras si tienen un contorno definido y los segundos un contorno indefinido. Para hablas no decimos un leche sino un vaso de leche. Montamos una frase con la preposición de que indica contenido o materia. Se podría pensar que el concepto filosófico de substancia fuera evidente y de asimilación inmediata, pero podría tratarse más bien de una noción determinada por los hábitos lingüísticos del SAE. Los hopis no tienen nombres masivos sino solamente individuales.

Por último quería contar un poco sobre las analogías lingüísticas y la apropiación cognitiva. Whorf aunque proporcionó múltiples ilustraciones del principio de la relatividad lingüística, no elaboró ninguna justificación teórica de cómo el lenguaje influía sobre el pensamiento. De eso se encargo un tal Lucy J. en su trabajo: “La relación del pensamiento y el comportamiento habitual en el lenguaje”. Este autor profundiza en las analogías lingüísticas que ya Whorf había resaltado como el ejemplo paradigmático del bidón de gasolina vacío. Al emplearse la palabra vacío se piensa en falta de peligro y le lleva a la imprudencia de arrojar la colilla. El lenguaje hace análogas las situaciones y pasa de vacío de gasolina a vacío de todo, lo que le lleva a la conducta peligrosa.

Como ya había advertido Franz Boas las palabras son limitadas y las ideas no. Para poderlas expresar el lenguaje tiene que hacer clasificaciones y cuando ve rasgos parecidos entre varias cosas las agrupa en un solo sustantivo. Este mecanismo lleva a hacer analogías lingüísticas. Lucy habla entonces de la apropiación cognitiva. El pensamiento usa para sus fines la estructura de relaciones que son de otro dominio con otros principios que los puramente cognitivos y esa estructura es la lengua y más en concreto las analogías lingüísticas. De esta forma también influye la lengua en el pensamiento.

Bueno ya está bien por hoy espero que os haya interesado y fomente vuestra insaciable curiosidad. A mi me ha servido para repasar la Antropología Cognitiva y Simbólica. Si os gusta e interesa otro día os cuento el dominio de los colores en las distintas lenguas del mundo.